Hay personas que pueden dar un paso atrás y descubrir que le faltaba ver las cosas con mas perspectiva. Y eso me pasó a mi. Me falló la perspectiva. No logré ver lo que iba a pasar hasta que pasó. Y es que dicen que las cosas solo pasan una vez, y a veces no entiendes el valor de los momentos, hasta que se convierten en recuerdos. Son los simples recuerdos que te marcan para siempre. Las cosas suceden sin que te des cuenta. Y sucedió, sucedió que me enamoré perdidamente del chico moreno con aires descuidados y mirada misteriosa.Loca perdidamente de esa sonrisa pícara, de esos gestos que me hacían tanta gracia o esa mirada tan penetrante que me hacia sentir la persona mas pequeña del mundo. Como resistirme a su mirada o a sus labios pidiendo a gritos los míos, que eran mi debilidad. Quizás, eres esa energía que no puedo controlar cuando estas cerca mia.
Y aunque sabía que este cuento no tenía final feliz aposté por lo nuestro, aposté por un "nosotros". Te di todo de mi, y posiblemente tu no me diste ni un cuarto de ti. Pero me conformaré con los únicos momentos que me regalaste y que ahora sólo son... recuerdos.
Sugus de piña
Mientras tomamos un ultimo sorbo al café de cada día: con el corazón marcado a fuego, colgando en las manos, y las alas hechas de hierro, por tanta guerra, escribimos, sin lugar concreto, sin tiempo fijo, solo dos chicas, luchadoras, sin un sitio donde encajar, de muchos colores (y en muchas ocasiones) dificiles de tragar.
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viernes, 25 de julio de 2014
Cuento sin final feliz
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