Si, es verdad, lo admito, me enamore de un imposible, al que le puse todas las cartas sobre la mesa aun sabiendo que no tenia el as de corazones para ganar el suyo. Las puse y te mire desafiante a los ojos, esperando tu apuesta y tu fuiste quien me ganó, esa vez como otras tantas, pero sinceramente todavia tenia la esperanza de ganar yo la batalla.
La batalla de tus ojos que combaten contra mi corazón de hierro oxidado, me reviviste una vez, pero ojala me hubieses dejado caer del todo, ya que no soy capaz de aguantarte ni un segundo, por que si lo hago, podría volver a encandilarme de esos ojos verdes esperanza... Despues de todo te doy las gracias por demostrarme que al fin y al cabo, tu fuiste mi imposible al igual que yo lo sere para algun loco con camisa de fuerza, por que depende de los ojos: podemos ser el todo o la nada de alguien
Sugus de limón
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