Si, ya lo se, no debo de acostumbrarme a ti. Pero, ¿que hago si ya lo estoy? ¿Que hago si ahora todo depende de ti? Yo soy la primera que no queria. Y de los dos, yo era la que mas sufria las consecuencias de hablar todos los días. Esperaba que sucediera lo que tanto deseaba y me di con un canto en los dientes. Pues no solamente no sucedió nunca, si no que me di cuenta de que estaba haciendome daño. Y aun así no paraba de querer estar contigo o simplemente hablar. Pensaba que eras diferente. O eso creia cuando tenia una venda en los ojos que no veia mas alla de nosotros. Hasta que me di cuenta de que, no solamente no eres igual que todos, si no que también sabes jugar a un juego donde siempre ganas tú y los demás perdemos. Me he dado cuenta demasiado tarde, sí. Pero ahora sé como eres y a que juegas y eso es un punto a mi favor.
Sugus de piña
Mientras tomamos un ultimo sorbo al café de cada día: con el corazón marcado a fuego, colgando en las manos, y las alas hechas de hierro, por tanta guerra, escribimos, sin lugar concreto, sin tiempo fijo, solo dos chicas, luchadoras, sin un sitio donde encajar, de muchos colores (y en muchas ocasiones) dificiles de tragar.
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jueves, 3 de abril de 2014
Ganar y perder
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